Ciudad de México.- La inauguración de la Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios de la Ciudad de México estuvo marcada por la polémica, luego de que la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) desalojara y restringiera el acceso al Zócalo, afectando a ciudadanos y comerciantes, incluidas vendedoras triquis.
La medida, que buscaba despejar la plaza para el evento cultural, impidió que miles de capitalinos pudieran acceder a la Catedral Metropolitana, donde se encuentran las reliquias de San Judas Tadeo, un lugar de culto para muchos.
Aunque la SSC ofreció acceso alternativo a través de una fila en la avenida 20 de Noviembre, la situación generó malestar entre los afectados, especialmente entre las vendedoras indígenas, quienes se manifestaron en Pino Suárez para exigir espacios donde poder vender sus artesanías.
La controversia pone de manifiesto la tensión entre la promoción de la cultura indígena y el derecho al libre tránsito y al trabajo de los ciudadanos, en un espacio público emblemático como el Zócalo de la Ciudad de México.