La banda Durazo presentó su sencillo debut titulado “Smile Before The Tears”. El grupo originario del árido Coachella Valley revela una identidad sonora fresca. La agrupación apuesta por una estética anclada en la tradición del rock.
Los integrantes definen su estilo como “rock del desierto con alma indie”. Michael, Denny, Erik, Sergio y Damián conforman la alineación. Su propuesta combina el rock vintage de los años 60 y 70 con una sensibilidad contemporánea.
Felipe Ceballos, integrante de la banda Zoé, estuvo a cargo de la producción. Él aportó un enfoque íntimo y detallista a la grabación. Este trabajo potenció la voz de Michael, caracterizada por su desenvoltura y textura arenosa.
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Cadena de coincidencias
El vínculo entre Durazo y Ceballos surgió tras una serie de casualidades. La propia banda describe estos eventos con humor. Los músicos intentaron adquirir boletos para un concierto de Zoé en Mexicali. Su tarjeta bancaria de California impidió la compra en esa ocasión.
La historia tomó un giro inesperado gracias a un amigo en común. Gabo, exintegrante de Chicano Batman, actuó como enlace con el productor. Sergio relató el encuentro que detonó la colaboración profesional.
“Es una historia bien rara, como coincidencias… Conocíamos a Gabo, que tocaba en Chicano Batman, y él nos dijo que podía comunicarse con Felipe”, dijo el músico.
El contacto rindió frutos inmediatos para la agrupación. “Le mandó un mensaje y así fue como nos dieron boletos, backstage passes, y ahí donde Michael se puso a practicar con Felipe”, agregó Sergio.
Lazos de amistad
La banda subraya que el origen de Durazo es una historia de hermandad. Los integrantes mantienen una relación cercana desde hace tiempo.
“Denny y Michael se conocen desde la preparatoria; Damián y yo también. Entre los cuatro es una amistad de muchos años”, contó Sergio.
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Grabación en la capital
El grupo consideró originalmente grabar en Estudio Panorama. Sin embargo, la producción se trasladó finalmente a Indiana Studio. Este lugar es el espacio personal de Ceballos en la Ciudad de México.
El cambio de sede resultó decisivo para el tono del proyecto. “Al último minuto lo cambiamos a Indiana… es más cozy, más hogar. Hacíamos días de 12 horas; se sentía como casa”, indicó Michael.
La capital mexicana ofreció una energía distinta a los músicos. Ellos están habituados al silencio del desierto. El ambiente urbano brindó nuevos estímulos creativos.
“Walking around the streets is inspiring… Donde vivimos es puro desierto, así que pasar un par de semanas en la ciudad es un cambio que inspira”, añadió el vocalista.
Latido vintage
Durazo apostó por un equipo técnico que evoca a sus referencias clásicas. The Beatles, Pink Floyd y Black Sabbath figuran entre sus influencias. Un órgano Yamaha YC10 destaca como elemento clave en el sonido.
Este instrumento aporta una dimensión ligeramente surrealista al sencillo. Los músicos lo compraron a través de Facebook Marketplace. El intercambio ocurrió cerca del Palacio de Bellas Artes.
Sergio recordó la peculiar anécdota del traslado del instrumento. “Nos encontramos con un muchacho en el Palacio de Bellas Artes para el intercambio… Tuvimos que envolverlo; parecía que llevábamos drogas en el aeropuerto”, bromeó.
El órgano actúa como hilo conductor en el material grabado. Este sonido está presente en las seis canciones de la sesión.
Sin etiquetas
Los medios comienzan a ubicar a Durazo en una línea alternativa. Sin embargo, la banda prefiere evitar las clasificaciones estrictas.
“Rock and roll es para que la gente decida qué género es. Yo no sé… es tanta mixture de influencias”, finalizó Michael.
