InicioAlrededor del mundoElecciones en Argentina

Elecciones en Argentina

Argentina.-El pasado domingo 22 de octubre, se llevaron a cabo elecciones generales en Argentina. Con una participación de casi el 74% del padrón, Sergio Massa (el candidato del peronismo) se posicionó a la cabeza con el 36,68% de los votos; seguido por el autodenominado “libertario” Javier Milei que alcanzó el 29,98%. Lo que significa que, al no conseguir Massa el 40% y una diferencia de 10 puntos respecto a Milei, se abrirá una segunda vuelta entre estas dos posiciones punteras. Estos resultados dejan fuera de la carrera presidencial a Patricia Bullrich, la candidata del macrismo. Quien solo alcanzó el 23,83% de la votación. 

Del mismo modo, los argentinos eligieron diputados, senadores, gobernadores, jefes de gobiernos y parlamentarios en el MERCOSUR. Lo que generó un cambio importante en la composición política del país. Por un lado, en la cámara baja (la de diputados), el peronismo se quedó con 107 escaños, el macrismo con 94 y la ultra derecha pasó de tener 3 escaños a 39, convirtiéndose en 3ra fuerza. Por su parte, en la cámara alta, el peronismo se quedó con 39 lugares, el macrismo con 24 y la ultra derecha pasó de no tener representación a conseguir 3 senadores. 

En los medios de comunicación, se ha manejado la idea de que los resultados significan una sorpresa que nadie esperaba. Esto en razón de que, en los últimos meses, se ha posicionado a Milei en las encuestas como el preferido para ganar. Y, en los medios nacionales e internacionales, se le ha dado mucha más visibilidad al candidato de ultraderecha que a cualquier otro.  Sin mencionar que, cuando se habla de Massa, sólo subraya la crisis económica que enfrenta la gestión del presidente Alberto Fernández (cuyo ministro de economía es el mismo Massa): una inflación de 3 dígitos, una pobreza que ascendió al 40%, un salarió mínimo que ha pasado a ser uno de los más bajos de la región.  

Esta “sorpresa” y decepción por parte de diversos empresarios que apoyan a Milei dan cuenta de cómo las encuestas, más que servir para analizar la intención de votación de una población, lo que buscan es dirigirla. Por otro lado, deja en evidencia la importancia de los medios de comunicación a la hora de posicionar una candidatura. Solo que no les ha resultado tan fácil, al enfrentarse a una sociedad argentina que destaca por sus índices de politización. 

Pero no solo se trata de las encuestas y la injerencia de los medios. Milei irrumpió fuertemente en el panorama político argentino con un discurso incendiario que busca capitalizar el descontento y frustraciones de las personas. El candidato de ultraderecha ha entendido que, apelando a emociones negativas, puede construir una narrativa en la que las posturas de derecha son las “antisistema”. Digamos, Milei defiende radicalmente el libre mercado, a tal punto que se ha posicionado a favor de la venta de órganos y bebes a pelando a la “libertad” de los individuos al mercado (aunque ese mercado atente contra la dignidad humana), pero está en contra de la libertad de las mujeres a elegir sobre sus cuerpos: del aborto. La lógica es “si la izquierda se volvió gobierno entonces, ahora las posturas de derecha son las rebeldes”. 

Por su parte, Massa es un candidato particular al interior del peronismo: se formó en el Partido Unión del Centro Democrático, un partido liberal; ha tenido una historia compleja con el kirchnerismo, con quienes rompió en 2012 y terminó siendo el ministro de economía de su último presidente; y tiene una fuerte relación con el Fondo Monetario Internacional. Es claro que un fuerte exponente de la izquierda peronista no es. También hay que ser críticos: el peronismo ha desempeñado un papel bastante deficiente en los últimos años, alejándose de las bases, imposibilitado de cumplir los compromisos mínimos con la gente que les ha votado.  

La segunda vuelta se llevará a cabo el próximo 19 de noviembre. El macrismo sin representación jugará un papel importantísimo en estas próximas elecciones, pues deberá elegir entre ambos candidatos. Salta a la vista que, aun ganando Massa, la ultraderecha está dando pasos importantes en Argentina. Sin tener estructura, bases o espacios de representación se han convertido en la tercera fuerza del país. Y, si el peronismo se reelige, se enfrentará a una derecha con mayoría en la cámara baja. 

El panorama argentino nos permite ver otro ejemplo de cómo la ultraderecha toma cada vez más fuerza en el mundo haciéndose de una fórmula muy clara: generan discursos que apelan a estratos golpeados por las crisis económicas, prometiéndoles una mejor vida a partir de políticas que persiguen a los supuestos culpables de las crisis, que suelen ser otros grupos igual o peor golpeados. Ha pasado en Estados Unidos con Trump, en Brasil con Bolsonaro, en Italia con Meloni, en Francia con Le Pen, etc. Tomado el ejemplo de Trump: con esos discursos incendiaros prometió combatir al “sistema político incompetente” (refiriéndose a Washington), a “la infinita codicia de los lobos de Wall Street” y a las minorías étnicas, en favor de los blancos trabajadores empobrecidos por las políticas liberales. Al final, lo único que hizo fue seguir con las políticas antiinmigrantes (ya endurecidas durante la gestión de Obama), y redujo las cargas fiscales en favor de sus amigos empresarios, dejando exactamente igual a las masas de trabajadores blancos a los que apelaba.  Es de imaginar que Milei incumplirá sus promesas de campaña, y lo que hará no va a ser reducir el Estado, sino administrarlo en favor del capital internacional, dejando a las clases a las que convoca igual de frustradas. 

En medio de esta tendencia de las ultraderechas cada vez más radicalizadas y en franco crecimiento, los progresistas han tenido que moderarse en favor de conquistar el centro. Aunque eso ha significado el edulcoramiento del discurso de clase y una clara incapacidad de solucionar las inconformidades sociales, por tener agendas que buscan incluir los intereses del mayor número de sectores posibles (aunque muchos de esos intereses estén enfrentados entre sí). Un claro ejemplo de esto es el propio Massa, un candidato del peronismo bastante desmarcado de los discursos de clase y que atiende la línea del Fondo Monetario Internacional. Como si no hayan sido las recetas neoliberales del FMI las que, en primer lugar, llevaron a América Latina a  las crisis económica y política a las que nos enfrentamos, y que los gobiernos progresistas han tenido que enfrentar.

Quién apoya a quién en el conflicto entre Israel y Palestina

- ¿Que Chingaos? -
- ¿Que Chingaos? -
- ¿Que Chingaos? -
- ¿Que Chingaos? -

Nuestras redes

16,985FansMe gusta
200SeguidoresSeguir
200SeguidoresSeguir
6,020SeguidoresSeguir
2,458SeguidoresSeguir
61,453SuscriptoresSuscribirte

Tendencias

Articulos relacionados

Cresta Help Chat
Send via WhatsApp