Por Salvador Echeagaray, el autor es docente de Filosofía de la UAG.
¿No le han dicho, estimado lector, o dicho usted mismo, que todo es relativo o, que la verdad es relativa? ” También que, “si para ti algo es bueno, así es, si consideras que es malo, malo es”.
Pues, bien, esas afirmaciones que aparentemente suenan muy sabias, son sentencias seudo verdaderas. (¡Uf!).
Además, cuando se dice “Todo es relativo”, estamos absolutizando. Nos estamos contradiciendo.
Puesto que la verdad es una, en cualquier suceso de nuestra vida o de nuestra sociedad, comunidad, municipio, país, etc., no podemos decir que cada quien tiene su verdad. Cada quien posee, eso sí, la versión de los hechos o, una opinión sobre tal o cual cosa.
No puede haber una verdad diferente a otra en el mismo suceso, en la vida de una persona o de algún acontecimiento.
A sí que, decir que la verdad está en relación a cada persona, es un relativismo moral. Cada quien, como dijimos, tendrá una versión de los hechos o su punto de vista. Pero, la verdad es una, nos guste o no.
– ¿De qué escribió hoy profe? –
– De que la verdad es una y debemos de afrontarla tal cual es y, aceptarla serenamente.-
– ¿Sí profe? Pues yo entonces le voy a decir la verdad del porqué saqué todas las respuestas bien en el examen. –
– ¡No! ¡No quiero escuchar la verdad! –
¡¡¡PLOP!!!
