Estados Unidos vuelve a demostrar que su “libertad de expresión” tiene dueño y etiqueta. Esta vez, el blanco es Jimmy Kimmel, cuyo programa Jimmy Kimmel Live! fue suspendido de manera indefinida por la cadena ABC, luego de que el comediante se atreviera a ironizar sobre el asesinato del activista conservador Charlie Kirk, aliado cercano de Donald Trump y rostro juvenil del movimiento MAGA (Make America Great Again).
La decisión, celebrada con júbilo por el propio Trump, llega en un país donde burlarse de la desgracia de un político extremista es visto como una afrenta intolerable; pero justificar tiroteos escolares como “un mal necesario”, pedir que se restrinjan los derechos de las mujeres o exigir mano dura contra las minorías, entra sin problemas en la sagrada categoría de “libertad de expresión”.
¿Qué dijo Kimmel?
Durante su monólogo del lunes 15 de septiembre, Kimmel criticó la narrativa de los republicanos tras el asesinato de Kirk a manos de Tyler Robinson, un joven de 22 años señalado de inclinación izquierdista. El comediante denunció cómo el “club MAGA” intentó desesperadamente desligar al asesino de su propio movimiento, mientras políticos como el vicepresidente JD Vance aseguraban que “los lunáticos pertenecen a la izquierda radical”.
En los Estados Unidos 🇺🇸de Trump, los comediantes pueden perder sus trabajos si sus chistes no le gustan al presidente. Después hablan de dictadores 😡Esto👇fue lo que llevó a la cancelación del programa de @jimmykimmel : pic.twitter.com/n1XcUaeItX
— Carlos Montero (@CMonteroOficial) September 18, 2025
“Y por ‘hecho estadístico’ se refiere a ‘pura basura’”, respondió Kimmel, recordando que son los grupos de extrema derecha los principales responsables del terrorismo y la violencia en Estados Unidos. Incluso se permitió un chiste sobre la reacción de Trump, quien tras lamentar la muerte de Kirk pasó a hablar alegremente de la nueva sala de baile de la Casa Blanca.
Cabe recalcar que la crítica de Kimmel se refiró explicitamente a la ironía del discurso republicano y el movimiento MAGA y no hacía el atentado que terminó con la vida de Kirk el pasado 10 de septiembre.
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Trump celebra, Nexstar ejecuta
La empresa Nexstar Media, propietaria de una vasta red de canales en EU, anunció que tampoco emitirá el programa en sus filiales de ABC, justificando que los comentarios de Kimmel “no tienen cabida en su programación”. Y Trump, fiel a su estilo, aprovechó para burlarse del presentador en Truth Social:
“El programa de Kimmel, con sus bajos índices de audiencia, está cancelado; felicidades a ABC por finalmente tener coraje. Es un completo perdedor”, escribió el mandatario, quien de paso pidió la suspensión de Late Night with Seth Meyers.
¿Libertad de qué?
La suspensión de Kimmel revive recuerdos del caso de Stephen Colbert, quien también fue castigado en tiempos de Trump por su sátira política. La ironía es brutal: en la “tierra de la libertad”, se puede predicar odio, justificar desigualdades y normalizar la violencia armada sin consecuencias. Pero quien se atreve a criticar a Trump o a sus acólitos, descubre que el verdadero límite a la expresión no está en la moral pública, sino en tocar los nervios del poder.
Como señaló el gobernador demócrata Gavin Newsom:
“Comprar y controlar plataformas mediáticas. Despedir a tertulianos. Cancelar programas. No son coincidencias. Está coordinado y es peligroso. El Partido Republicano no cree en la libertad de expresión”.
En la patria que se vende como modelo de democracia, la sátira incomoda más que las balas. Quizá el nuevo lema debería ser: “Make Censorship Great Again”.
