Ciudad de México, 1 de octubre.– La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) confirmó la detención de tres de los seis mexicanos que viajaban en la Flotilla Global Sumud, misión internacional que buscaba romper el bloqueo marítimo de Israel y entregar ayuda humanitaria a la población de Gaza.
Los connacionales identificados son Arlin Medrano Guzmán, Sol González Eguía y Carlos Pérez Osorio, quienes fueron interceptados por fuerzas israelíes y trasladados al puerto de Ashdod, según informó la Cancillería.
“La SRE reitera su llamado a respetar su integridad física y su seguridad, que puedan acceder de manera expedita a la entrevista consular y proceder a su rápida repatriación, en apego al derecho internacional, en particular el derecho internacional de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario”, señaló la dependencia en un comunicado.
Si estas leyendo esto es porque FUIMOS INTERCEPTADOS ilegalmente en aguas internacionales por fuerzas israelís por llevar ayuda humanitaria para romper el cerco ilegal que se tiene desde 2007 en la franja de G*aza.
Para Palest*na: Les pido una disculpa. No solo por no haber ido… pic.twitter.com/kwgF28lORV
— Arlin Medrano (@arlinmedrano_) October 1, 2025
Una misión humanitaria criminalizada
La Flotilla Global Sumud, integrada por más de 500 voluntarios de 50 países, zarpó en septiembre desde Barcelona con alimentos y medicinas destinados a Gaza, enclave que lleva más de un año bajo asedio y devastado por la ofensiva militar israelí.
Lejos de ser recibida como un esfuerzo humanitario, la flotilla fue interceptada en aguas internacionales por la Armada de Israel. Los barcos “Alma”, “Adara” y “Sirius” fueron capturados, y entre los detenidos se encuentran también la activista sueca Greta Thunberg, la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, así como otros diez ciudadanos españoles.
Israel acusa a algunos participantes de tener vínculos con Hamás, aunque no ha presentado pruebas. Para los organizadores y activistas, estas afirmaciones son parte de una narrativa destinada a justificar la represión de quienes desafían el bloqueo y a silenciar la solidaridad internacional con Palestina.
Voces mexicanas desde la resistencia
Antes de ser detenida, la periodista y activista Arlin Medrano Guzmán, de 26 años, publicó un mensaje en el que pidió disculpas al pueblo palestino:
“Les vemos y estamos con ustedes, y no vamos a parar hasta que Palestina sea libre. Ustedes son la historia; nuestros ojos y voz seguirán a su servicio hasta el final”.
Por su parte, la psicóloga Sol González Eguía subrayó que su decisión de unirse a la flotilla respondió al imperativo ético de no ser indiferente:
“Me sumo para romper el asedio despiadado en contra del pueblo palestino, especialmente de las niñas y niños a quienes les han arrebatado todo. El silencio y la indiferencia matan”.
La académica Dolores Pérez-Lazcarro, profesora del ITESO y especialista en resolución de conflictos, criticó con dureza la pasividad del Estado mexicano:
“La Presidenta de la República habla de abstenerse [de tomar una posición] porque hay que respetar la autodeterminación de los pueblos, pero esto no se trata de la autodeterminación de Israel. Esto es un genocidio”.
Entre los detenidos también está el cineasta Carlos Pérez Osorio, director de documentales como Las Tres Muertes de Marisela Escobedo (ganador del Ariel al Mejor Documental) y nominado al Emmy por su trabajo periodístico.
El rostro de la impunidad israelí
La captura de la flotilla humanitaria ocurre en un momento en que el gobierno de Israel enfrenta denuncias crecientes de violaciones graves al derecho internacional humanitario. El bloqueo marítimo, calificado por juristas como un castigo colectivo contra la población civil, ha impedido reiteradamente la entrada de organismos internacionales como la ONU.
El operativo contra la Flotilla Global Sumud refleja la estrategia de Israel de criminalizar la solidaridad y reafirmar un control absoluto sobre Gaza, incluso a costa de detener a ciudadanos extranjeros, activistas y periodistas cuyo único propósito era llevar ayuda básica a una población cercada y hambrienta.
La Cancillería mexicana insiste en que dará seguimiento a la situación, pero organizaciones civiles cuestionan si el gobierno federal mantendrá su postura tibia de “neutralidad”, o si finalmente asumirá una condena clara ante lo que múltiples voces internacionales califican como genocidio en curso.