El joven Benito, de tan solo siete años y conocido como “El Mini Peso Pluma”, ha dado un paso audaz en el mundo de la música con el lanzamiento de su primer sencillo y video musical, “La Party”. Sin embargo, en lugar de aplausos, el pequeño imitador de Peso Pluma ha recibido una ola de críticas debido al contenido del video, que lo muestra rodeado de niñas bailando, autos de lujo, dinero y joyas.
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El video ha generado indignación en redes sociales, donde usuarios cuestionan la pertinencia de exponer a un niño a elementos asociados con la ostentación y la vida adulta. Muchos consideran que el contenido es inapropiado para su edad y que promueve valores negativos.
La polémica se ha intensificado, con algunos acusando a los padres de Benito de explotar su imagen y talento para obtener ganancias económicas, sin considerar el impacto que esta exposición temprana a la fama y a contenidos inapropiados podría tener en su desarrollo.
A pesar de la controversia, Benito “Doble P” sigue siendo un fenómeno en plataformas como TikTok y YouTube, donde su video ha acumulado miles de reproducciones. La conversación sobre su carrera y el contenido que produce se ha vuelto viral, generando un debate sobre los límites de la exposición de menores en la industria del entretenimiento y la responsabilidad de los padres en la protección de sus hijos.
La pregunta sigue en el aire: ¿Es aceptable que un niño de siete años sea expuesto a este tipo de contenido y entornos? ¿Dónde está la línea entre el talento y la explotación infantil? El caso de Benito “Doble P” ha puesto de manifiesto una vez más la necesidad de reflexionar sobre el impacto de la fama temprana y la importancia de proteger a los niños de contenidos inapropiados.