“En México hay alrededor de 8 mil 719 personas privadas de la libertad que se identifican como parte de la comunidad LGBT +. Este número representa el 4% del total de la población privada de su libertad.”
Con este dato duro, provisto por ENPOL en 2021 abre el corto documental “Porque así me llamo yo” Dirigido por los realizadores Alejandra Chávez y Raúl Vertti y producido por el C.E.A. Justicia Social a través de la Embajada de Nueva Zelanda en México, que busca dar rostro e identidad a las alarmantes cifras y estadísticas del sistema penitenciario Mexicano en relación a la comunidad antes mencionada dentro de su población.
En “Porque así me llamo yo” se cuentan de forma breve pero contundente las experiencias en reclusión de 4 mujeres trans, Sharon, Leonardo, Kendra y Aitana, que de viva voz, evidencian los actos de discriminación de las que fueron objeto en su tiempo en prisión, poniendo en foco de atención las fallas estructurales del sistema penitenciario en México así como el reto que representa el acceso a la justicia en nuestro país siendo ellas personas pertenecientes a un grupo vulnerable de nuestra sociedad, específicamente de la comunidad LGBT +, negándoles el derecho a una identidad oficial, pues en algunos de los casos que se presentan en esta producción estas mujeres no cuentan con los documentos básicos de identidad que el estado está obligado a proveer.
“Aunque les dices Soy Leonardo, ya me cambié mi nombre, tu fuiste a la junta donde me cambié el nombre… “No, no, no, no, yo hasta que no te vea tu acta aquí pegada yo no te voy a decir Leonardo…” Tu me tienes que decir como yo quiero, se llama respeto”,Cuenta Leonardo, uno de los protagonistas del documental.
En este mismo cortometraje de 23 minutos de duración conocemos también a Kenia Cuevas, directora y fundadora de Casa de las Muñecas. Asociación Civil que, en coordinación con El Instituto de Reinserción social de la Ciudad de México, brinda soporte emocional, moral, laboral y económico a mujeres trans una vez que su sentencia a sido cumplida, esto con el fin de ayudarlas a realmente poder reintegrarse a la sociedad, o como ella menciona en el documental:
“Una buena reinserción de vida, no social, de vida, porque aquí lo que pasa es que las personas ya no creen, ya no quieren salir adelante porque las personas se ven encerradas, abandonadas”.
Cabe destacar que en el documental se menciona que El Instituto de Reinserción social de la Ciudad de México es el único en su tipo a nivel nacional.
Un documental que rompió paradigmas en sus realizadores.
En entrevista Raúl Vertti, Co-director del cortometraje junto con Alejandra Chávez, nos habló sobre el génesis del proyecto y los retos que represento su producción, siendo el contar en 23 minutos las historias de las protagonistas del filme, que vio su inicio en una investigación al respecto de la comunidad LGBT + en las cárceles mexicanas por parte del C.E.A. Justicia Social.
El realizador comenta que tanto para el como para Alejandra Chávez la producción significo un cuestionamiento personal con sus prejuicios ante la comunidad carcelaria del país, pues al estar tras las rejas se tiende a deshumanizar a este sector de la población, así como entender de mayor manera las injusticias y discriminación sistemática que la comunidad LGBT+ sufre en el sistema penitenciario de nuestro país.
Otro de los retos a los cuales se enfrentó la producción fue el tiempo final del filme, pues al ser de 23 minutos de duración se tuvo que dejar fuera mucho material que fue grabado en pro de una narrativa mas concisa que resumiera a bien la fuerte temática que se toca al respecto del respeto de la identidad sexual de las personas dentro de la cárcel.
“Me gustaría rehacer entrevistas pues en el caso de 4 chicas en el documental, se fueron de la casa de las muñecas, que es un espacio que las resguarda, se fueron seguramente a hacer trabajo sexual, y no hay manera de localizarlas, y ahí hay una gran problemática, que no hay localización de estás personas, salen (de la cárcel) sin documentos, al “ay se va” y así como salen se pierden en el inmenso mar judicial, seguramente remitidas otra vez, bajo otro nombre en alguna cárcel o, ve tu a saber a donde terminan…”
En algún momento se planteó la posibilidad de dividir la producción en capítulos para darle el valor e importancia a todas las participantes del documental, pues no se les hacía justo enfocarse en una sola, pero, debido a temas de presupuesto se optó por el resultado que fue presentado ya en Los Pinos en octubre pasado así como en la librería independiente “La Jícara” en la ciudad de Oaxaca.
Importante mencionar que aunque el documental aun no está disponible al público en plataformas de streaming, tendrá este próximo 7 de diciembre una proyección pública en el patio del Senado de la Republica, en la Ciudad de México.
“Porque así me llamo yo” es un documental que nace de las cifras duras y frías pero que encuentra en sus 23 minutos de duración la identidad de dichos números, humanizando en Sharon, Leonardo, Kendra, Aitana y Kenia una realidad que antes de ver el documental, existía invisible, como un fantasma en nuestra sociedad, siendo el título del mismo una declaración fuerte y poderosa hacía el clasismo, racismo y discriminación sistemática que la corrupción, enraizada cual parasito en nuestras instituciones, ha perpetuado por años una realidad que tiene por fin el foco puesto gracias a los productores y realizadores de dicho filme así como a los testimonios de sus protagonistas y que marca la pauta para que se realicen los cambios necesarios dentro de ellas.
El próximo 7 de diciembre, en el Salón de Sesiones de la Comisión Permanente del Senado de la República, a las 17 horas se presentará, junto con la senadora Citlalli Hernández y Patricia Mercado y la organización CEA Justicia Social.