Ciudad de México.- La científica del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Paola Castillo Juárez, realiza una investigación posdoctoral en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) para evaluar las vacunas que se aplican en México contra el virus SARS-CoV-2, en cuyos estudios ha observado que todas ellas generan un nivel similar de anticuerpos neutralizantes, por lo que informó que su calidad es buena para evitar el desarrollo de COVID-19 grave.
En ese contexto, la Secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez, ha reconocido que a partir del trabajo colaborativo la comunidad científica aporta soluciones o alternativas que dejan huella para hacer frente a la pandemia causada por el virus SARS-CoV-2.
En tanto, el Director General del IPN, Arturo Reyes Sandoval ha destacado que el trabajo científico es ejemplo del excepcional espíritu Politécnico, que marca la diferencia y asiste con vocación a las grandes necesidades sociales.
La especialista en virología de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) destacó que los resultados obtenidos dan cuenta de la eficacia de las vacunas; por ello, la población debe hacer caso omiso de publicaciones que circulan en redes sociales, las cuales plantean la posibilidad de volverse a vacunar aun cuando ya se tenga el esquema completo de alguna inmunización, debido -según dicen- a la “mala calidad” de ciertos biológicos.
Al respecto, Castillo Juárez subrayó que “en Europa están realizando un estudio sobre esquemas de estimulación-refuerzo heterólogos con vacunas COVID-19 basadas en vectores y Ácido Ribonucleico mensajero (ARNm), para analizar posibles combinaciones, pero hasta ahora no hay reportes oficiales de la evidencia científica al respecto, por lo que a título personal no se puede decidir combinar las inmunizaciones sólo porque alguna publicación lo sugiera, además de que las plataformas con las que se crean varían y no se sabe si ello pueda implicar algún riesgo”.
Detalló que ante el surgimiento de nuevas variantes el radio de transmisión del coronavirus ha aumentado con respecto al inicio de la pandemia, antes una persona podía contagiar a un promedio de 2.5 personas y ahora la cifra asciende a 7.5 – 8 individuos aproximadamente; “por ello se deben reforzar las medidas sanitarias, ya que se ha visto que después de año y medio el virus ha sufrido diversas mutaciones y las nuevas variantes del SARS-CoV-2 tienen otro comportamiento e infectan a personas jóvenes y a niños, quienes pueden desarrollar cuadros severos”, agregó.
La investigadora politécnica recordó que el organismo empieza a producir anticuerpos IgM y a generar una respuesta primaria entre 15 y 21 días después de aplicar la primera dosis de la vacuna contra el SARS-CoV-2. “En los estudios hemos observado que muchas personas producen bajo nivel de anticuerpos IgM con la primera dosis y hasta que reciben la segunda generan anticuerpos IgG de memoria, que originan una respuesta neutralizante y son capaces de bloquear al virus”, advirtió.
Precisó que en alrededor de 300 muestras analizadas en el INER ha observado que personas que han enfermado de COVID-19, sin importar si sufrieron síntomas leves o graves, responden mejor a las vacunas y desarrollan mayor nivel de anticuerpos neutralizantes que quienes no han enfermado. “Eso no quiere decir que no se puedan volver a infectar, quizá no presenten síntomas o estos sean leves, pero al ser portadores del virus pueden contagiar a personas sanas, por ello deben continuar con los cuidados”, indicó.
En cuanto a la realización de alguna prueba para conocer si una persona ha desarrollado anticuerpos, la doctora Paola Juárez recalcó que, aunque existen dispositivos con cierta sensibilidad para medir cuantitativamente la producción de anticuerpos IGg no son muy confiables porque muchos de ellos generan resultados falsos negativos.
“La prueba estándar de oro para saber si alguien tiene anticuerpos con actividad biológica neutralizante es la determinación de anticuerpos neutralizantes, está técnica se debe realizar en un centro de investigación con nivel de seguridad 3 –como el del INER–, porque se realiza un cultivo celular para poner en contacto directo el suero sanguíneo del paciente con el SARS-CoV-2, esa es la única forma de saber si realmente los anticuerpos neutralizantes bloquean la entrada del virus a las células”, explicó.