La representante de Noruega, Lilly Södal, sorprendió a la audiencia internacional durante la competencia preliminar de Miss Universo. La concursante apareció en el escenario luciendo un llamativo disfraz de salmón.
El atuendo generó una ola inmediata de reacciones en redes sociales y medios de comunicación. Los espectadores cuestionaron la elección de un concepto tan inusual para un certamen de belleza tradicional. Södal rompió con los esquemas habituales de trajes típicos de su región.
Homenaje a la economía nacional
La modelo explicó que su vestimenta rinde un homenaje directo a la industria pesquera de su país. El salmón representa uno de los pilares fundamentales de la economía noruega y su principal producto de exportación.
Södal buscó destacar la riqueza natural y comercial de su nación de una forma inolvidable. Ella decidió alejarse de los trajes folclóricos convencionales o las referencias a la mitología vikinga. La concursante priorizó el impacto visual y el mensaje económico sobre la estética clásica.
Impacto en la competencia
El traje consistió en una estructura voluminosa que imitaba la piel y forma del pez. La candidata complementó el diseño con movimientos divertidos sobre la pasarela para enfatizar el concepto.
Esta estrategia de “marketing nacional” logró su objetivo de viralización instantánea. Expertos en certámenes señalan que la ronda de trajes típicos permite estas licencias creativas. Miss Noruega consiguió destacar entre casi 130 candidatas gracias a esta arriesgada apuesta.
